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Salimos a las 8 de la mañana, llenamos depósito y compramos café antes de pasar la frontera. No recuerdo cuantos peajes pagamos, pero al final del viaje os haré el total. Sobre las 12:30 hacemos parada en una estación de servicio pasado Burdeos, para tomarnos los bocadillos que llevamos de casa y estirar un poco las piernas. Después de miles de retenciones y variar la ruta según indicaciones de nuestro amigo Google Maps, llegamos a Nantes la ciudad de Julio Verne a las 16:30 (una hora y media más tarde de lo previsto).
El hotel que hemos reservado es el Seven Urban Suites Nantes Center, son habitaciones familiares con cama de matrimonio, sofá-cama doble y además cuenta con cocina, en total los dos días, con el parking, las tasas y las bebidas que nos tomamos las dos noches en la terraza, 220 euros. La ubicación está bien, tiene supermercado a la vuelta de la esquina, algún restaurante, y es una zona muy tranquila.
El hotel que hemos reservado es el Seven Urban Suites Nantes Center, son habitaciones familiares con cama de matrimonio, sofá-cama doble y además cuenta con cocina, en total los dos días, con el parking, las tasas y las bebidas que nos tomamos las dos noches en la terraza, 220 euros. La ubicación está bien, tiene supermercado a la vuelta de la esquina, algún restaurante, y es una zona muy tranquila.
Conforme soltamos maletas y descansamos un poco, no vamos directos hacia el centro. Pasamos por delante de la antigua fábrica de galletas LU, hoy un espacio cultural y llegamos al Castillo de los duques de Bretaña. Se puede acceder al recinto gratis y a sus murallas, solo hay que pagar para acceder al museo de Historia de Nantes.
El interior blanco de su patio de armas contrasta con los muros de piedra del exterior, y lo que más gustó a los niños es un tobogán instalado en unas de las torres saliendo por fuera de la muralla, el “Paysage Glissé”.
La torre puntiaguda que puedes ver desde aquí pertenece a la Basílica de San Nicolás, una de las dos basílicas que tiene Nantes, y que se puede visitar gratis. Nuestra siguiente parada fue el Passage Pommeraye, un centro comercial de estilo renacentista con dos pisos. No entramos en ninguna tienda, pero solo por ver sus detalles, esculturas, las escaleras... ya merece una visita. Paseamos por la Place Graslin, donde se encuentra la "Brasserie La Cigale", la decoración interior es preciosa, y eso que sólo la vimos desde fuera a través de las ventanas.
Ya había entrado hambre, y buscamos uno lugar sin gluten para poder merendar todos juntos, y en la Place de la Bourse nos sentamos en la terraza de Ker Juliette. Pedimos unos crepes salados y sin más nos llenó el estómago.
Mañana más!!!!!!
DÍA 5: NANTES
Aunque yo ya estoy a las 7 abajo tomando café, no salimos hasta las 10 ya todos desayunados en las habitaciones, y hacemos una parada en el super de al lado para comprar fruta, algún sandwich, patatas fritas..... Hoy toca visitar La Machine d'Ille, que está en la misma isla que nuestro hotel, así que sólo tenemos que caminar junto a la orilla del río. Las entradas cuestan 56€ por familia (incluyendo hora para montarnos en el elefante).
La Machine d'Ille |
Como la cita para montarnos en el elefante que nos han dado es a las 5 de la tarde, volvemos al centro de Nantes para comer, en este caso en L'Entrecot. Consta de una menú de 20€ por persona, bebida aparte, en el que entra una ensalada, carne en salsa que estaba muy bueníiiiiiisima y patatas fritas todas las que quieras. El lugar en sí ya merece una visita y aunque no es barato, comimos muy bien.
Callejeamos un rato, compramos en algunas tiendecitas, llegamos hasta la Place Graslin y nos paramos a ver el famoso restaurante Le Cigale (desde luego su decoración es increíble) y no hay foto, solo lo vimos a través de las ventanas. Pasamos por el Memorial para la Abolición de la Esclavitud y admiramos cada uno de los edificios que nos encontramos durante el paseo, de estilos completamente diferentes
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Cours Cambrone |
Nos volvemos al hotel por el margen del río, donde descubrimos un gimnasio al aire libre, pista de skateboard, una disco, una zona de columpios para niños, un huerto colectivo, multitud de grafittis... una zona con bastante ambiente. Es una parte de la famosa línea verde de Nantes, que puedes encontrar por todo Nantes según el recorrido que quieras hacer y se puede ver en su página web oficial.
Esta noche cenamos en la habitación del hotel tras pararnos en el super, y preparar algo en la cocinita. Después dejamos a los niños juntos y nos bajamos a la terraza para nuestro ratito de descanso.
El resumen para el día de hoy, Nantes nos ha gustado como ciudad
alternativa, de edificios antiguos junto a edificios futuristas,
contemporáneos, pinturas, murales, grafittis.... pero tenemos claro
que ahora habríamos tachado de la lista la famosa La Machine d'Ille.
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